No hemos quedado y no nos hemos encontrado en el mismo bar en el que nunca nos besamos cuando éramos mayores. No ha pasado el tiempo y no hemos hablado de los amigos que perdimos por el camino. No te he mirado a los ojos y no te has perdido en los míos. No me ha sorprendido que no recordaras mi helado preferido y no hemos cantado juntos esa canción que Sabina nunca escribió. No hubo fuego y no quedan cenizas, pero no puedo negar que cada vez que te olvido se me para el corazón.
Puck
Puck
Es decir, que el corazón sólo te late cuando lo recuerdas.
ResponderEliminarBonito modo de decirlo, bonito y diferente.
Un beso.
excelente!!! la negación como afirmación abrumadora!! clap clap clap!
ResponderEliminarverdaderamente bueno...
ResponderEliminarEste ya lo leí en tu blog Puck, así que ya sabes que me parece genial la forma negativa de ver la vida... o positiva desde la negativa... según se mire.
ResponderEliminarUn beso!
WOW, ESTA REGRESIÓN ES FANTÁSTICA.
ResponderEliminarGenial!!
Un abrazo,
Andri
Sandra lo dijo mejor que yo.
ResponderEliminarSi, a veces nos resistimos a olvidar.
ResponderEliminarLuisa, jeje, algo así, en origen pretendía ser un relato reversible
ResponderEliminarSandra, hay cosas que no se pueden negar
Anita, gracias
Sucede, dos negaciones hacen una afirmación no?no?
Andri,MA, gracias, me alegro de que os guste
Saludillos positivos
Precioso retrato de los temores de los amantes. Un poema.
ResponderEliminarSigue fascinándome y pareciéndome un misterio este laberinto negado. Cuentas lo que no pasó o niegas lo que pasó como una forma de contarlo. Tal vez son simplemente deseos de que hubiera pasado todo eso. Quizás, sencillamente, te quieres quedar con nosotros y lo consigues.
ResponderEliminarEn cualquier caso, ranita, el efecto es psicotrópico.
Me fascina.
Besos que no nos dimos. Que nos daremos. El 14. No me falles.