miércoles, 9 de marzo de 2011

Mendigos

La chica morena, de pie junto a La Mallorquina, observa en silencio al mendigo sin brazos, agitando con la boca el vaso con las monedas recolectadas, y al yonqui que, de rodillas, implora algo para comer.

Al verles comprende que sus caras de angustia y necesidad hoy se diferencian muy poco de la suya. Mientras ellos piden ayuda a gritos, ella continúa suplicando, en voz baja, y mirando compulsivamente su reloj.

Horas después, al caer la noche, el manco y el yonqui deciden marcharse. Es entonces cuando ella, con lágrimas en los ojos, comprende que él también se fue.

En 99 palabras

6 comentarios:

  1. Desolador!
    Muy buen micro Miguel

    Un abrazo

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  2. La angustia es siempre dolorosa, en cualquier circunstancia, aunque la causa que la provoque no sea manifiesta. Tu relato me ha transmitido esa angustia, Miguel. Un abrazo.

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  3. Realmente triste y desesperanzador. Pero así sucede tantas veces...
    Buen Micro!
    Saludos.

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  4. Te deja desolado, taciturno. Casi todos hemos tenido una experiencia así, pero tu forma de decirla ha sido grata.

    Blogsaludos

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  5. Habrá que pensar que la chica ya ha curado sus ideas y todo esto es ya agua pasada.

    Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

    Gracias por vuestras aportaciones.

    Saludos

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