"Si preparando correctamente el corazón cada mañana y noche, uno es capaz de vivir
como si su cuerpo ya estuviera muerto, gana libertad en El Camino.
Su vida entera estará sin culpa, y tendrá éxito en su llamado."
Su vida entera estará sin culpa, y tendrá éxito en su llamado."
Yamamoto Tsunetomo, Hagakure.
La tradición ha reducido el ritual a su mínima expresión. Sólo cuatro acciones separan lo esperado de lo correcto.
Nieva en Sendai
El cuerpo debe ceñirse con movimientos medidos. El sol naciente dota de clarividencia al caminante y un cinturón cosido durante generaciones le recuerda su procedencia.
Florecen los cerezos
El sake comunica la fuerza necesaria para acometer la acción; y en sus versos, el guerrero deja memoria de lo que pudo ser.
Sobre la aurora
Después, ceremonias de la modernidad: una placa de plomo preserva el tiroides; el cuerpo se embute en tejidos que bloquean las radiaciones alfa, beta y gamma. Todo está ya dispuesto para que la voluntad decidida sea la responsable de lo que resta, aquí, cerca del núcleo.
Japon, con todo su exotismo y su modernidad, tan cercano ahora.
ResponderEliminarElegante, tu micro se mueve con movimientos lentos y precisos, como saben moverso los buenos samurais.
Un beso.
Ritos antiguos, nuevos enemigos a los que enfrentarse. Tu escritura, siempre precisa y en este caso, delicada como una pintura japonesa.
ResponderEliminarHermoso ver que lo más elevado de lo japonés es de altura universal.
ResponderEliminarLa vista al interior de la grandeza no tiene nacionalidades.
Tu texto un poema por sí mismo, contenido por el haiku.
ResponderEliminarSaludos.
Me ha gustado mucho. La mezcla de modernidad y tradición de los japoneses. EL haiku cortado por la prosa... Me trae aires radiactivos de Fukushima, también.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por los comentarios. Fukushima me tiene preocupado y, entiéndanme bien, entusiasmado por lo que supone de reencuentro del ser humano con su propia grandeza. La lástima es que el final no parece que vaya a ser feliz.
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios. Fukushima me tiene preocupado y, entiéndanme bien, entusiasmado por lo que supone de reencuentro del ser humano con su propia grandeza. La lástima es que el final no parece que vaya a ser feliz.
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