miércoles, 9 de febrero de 2011

Caridad Cristiana

El propio párroco se sorprende del porcentaje de feligreses que dejan su billetito al indigente sentado junto a la puerta de la iglesia. 
El obispo, congratulado, contempla como las limosnas rebosan el sombrero del hombre. 
El alcalde, ufano, se enorgullece de lo elegantes y limpitos que están los pedigüeños desde que él está en la alcaldía. 
Sólo el barrendero, que limpia, se acerca lo suficiente para comprobar que el mendigo ha fallecido.

Hugo Cueto

9 comentarios:

  1. ¨Triste realidad, la caridad cristiana debe ser más profunda...sólo con unas monedas aliviamos la conciencia. me ha parecido muy profundo y con un gran mensaje.

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  2. Se ve claramente que pasamos por delante de nuestros semejantes sin mirar demasiado, y cuando aliviamos nuestras conciencias, lo hacemos solamente para eso, para aliviar nuestras conciencias. Besos.

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  3. Tan realista como la propia palabra. Al menos el barrendero podra aprovechar algunos de esos billetitos.. , gran reflexión, muy bueno. Un abrazo.

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  4. Tan real que da miedo. Me ha gustado la forma de irle rodeando hasta que le encuentra el barrendero
    Saludillos

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  5. Por desgracia la realidad casi supera a la ficción; y esto es ficción, pero también realidad.
    Muy bueno!

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  6. Desgarrador. Una bofetada en toda la cara de esta sociedad hipócrita.

    Muy bueno.

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  7. Me ha gustado mucho porque es casi como una cámara este micro. Uno va pensando cómo acabará la cosa hasta el mismo final.
    Me gusta cuando se tratan temas de importancia de una forma tan limpia, tan concisa , sin apelar a sensiblerias.

    Un saludo

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  8. Muchas gracias a todos por los alagos al micro.
    Lo cierto es que llevaba tiempo dándole vueltas precisamente porque quería lograr algo que fuera especialmente crudo, y me pareció que lo mejor era verlo todo desde fuera
    Muchos abrazos y saludos.

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