- Hija mía, cámbiate de ropa, ¿no ves que te has manchado la blusa con el corrector? Ah, y dale betún a los zapatos, que están polvorientos del camino. Límpiate las uñas, que las llevas untadas de tinta. Lávate el pelo, que pareces una fregona. Aplícate un poco de perfume, que se vaya ese olor que desprendes a goma de borrar. Embadúrnate las manos con crema de aloe vera, que se te van a agrietar,…
- ¡Ay, mamá, con esto de ser la Inmaculada siempre tengo que ir hecha un pincel!
- ¡Ay, mamá, con esto de ser la Inmaculada siempre tengo que ir hecha un pincel!
Si es que no se trata de serlo, hay que parecerlo. ¡Pobre Inma!
ResponderEliminarUn abrazo impoluto.
si es que para vivir no se puede estár siempre inmaculada...
ResponderEliminarjaja muy bueno ^^
ResponderEliminarBICEFA, PURI, J.DOMINGO:
ResponderEliminarMuchas gracias a los tres.
Salu2.
jajajaja.
ResponderEliminarUna lata ser tan Inmaculada.
Pobriña chica.
ResponderEliminarMamá pesada.
Bicos Diego, me gusta.
Gracias, Elèna y Carmela.
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