
¡Acelera! Es la orden que ejerce de despertador hace un tiempo. Femenina, firme y suplicante. Se repite desde que conocí a Cecilia, por el chat. La engañé al decirle que me gustaban las motos. Bueno, ya lo arreglaré de algún modo. Tampoco me gustan los coches, ni tan siquiera el mío, en el que me dirijo a verla por primera vez. Su casa esta justo al pasar la vía, encima de la que estoy atorado. Miro al frente donde una anciana me grita insistentemente. Y a la derecha un tren.
No sé por qué, pero creo que hoy no la va a conocer...
ResponderEliminarImpacta, un despertador que te pide acelerar y el tren que te lo exige.
Bienvenido!
¿Para quién dicen que son buenas las prisas? Seguro que el protagonsita de tu micro no se lo sabía.
ResponderEliminarSaludos
Bienvenido Torcuato. Se te ha echado de menos, y además nos das un toque profético con tu sonoro despertador. Un abrazo
ResponderEliminar¡Ay, las prisas!
ResponderEliminarCuriosamente éste personaje no está aplicando la prisa a salirse del auto,con ésa actitud no va a ver el fin de la película.
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