---Créame Señor inspector, a mí no me sorprende para nada que alguien le hable a un perico, o que incluso éste le conteste ;pero yo estaba oculto en ése armario que aquí puede ver, en éstas mismas oficinas de la dirección del Centro experimental de investigaciones cerebrales y fuí testigo de una conversación que duró más de diez minutos entre el director de éste sitio y un loro, y no césa aún mi asombro ante los conceptos tan brillantes expresados por el pájaro.---
---¿Como que concepto por ejemplo escuchó usted?--- preguntó el inspector.
Antes de que el detective Jiménez pudiese contestar salió del armario un tipo que los roció de plomo con una pistola beretta automática.
Ningún investigador andaría por ahí dando parte de asuntos privados que se trataban con los loros en éste centro. El director ordenó que si alguien pasase a preguntar por ellos nadie informáse que habían estado ahí.
Mientras tanto bastaba molerlos bien y alimentar a los buitres que ya estaban hambrientos.
¡Que no me toquen los pájaros!
ResponderEliminarla mafia... ufff, cuidado con ellos