Cada vez que llegaba la hora acostarse comenzaba su tortura. Mientras que Carlos se dormía casi al instante Isabel era incapaz de pegar ojo con aquel repetitivo ruido martilleándole el cerebro. Tras varios meses intentando obviar el tema, Isabel decidió que todo tenía un límite. Hasta ahora había preferido callar porque no quería que él se ofendiera pero de hoy no pasaba, debía saber el calvario que estaba viviendo. Aquella noche antes de que comenzara con sus ronquidos Isabel le dijo a Carlos: “Cariño estoy harta, o consigues esas dichosas pastillas azules o le compras ¨3en1¨a los vecinos”.
MIGUEL
Vaya giro Miguel, mejor que consiga las pastillas azules, y así sonreirá cuando oiga los chirridos de los vecinos :)
ResponderEliminarjajaja, vaya sorpresa final nos tenías preparada!!! no me lo esperaba :-D No se por qué me da en la nariz que acabarán haciendo competiciones con los vecinos.
ResponderEliminarAnita Dinamita me apunto a tu plan.
ResponderEliminarMaite eso es lo que creo yo también. A ver quién se resiste
Saludos