jueves, 2 de septiembre de 2010

Epidemia

Pese a ser incapaces de comprender su rocambolesco alegato, el Tribunal Militar escuchaba impertérrito la insólita declaración del soldado: desde hacía pocos días su fusil había contraído una extraña alergia y ahora disparaba rosas, es más, hasta le estaban creciendo ramas. Tras la exposición el Juez fue testigo de un hecho surrealista: de las cabezas de los miembros del Tribunal comenzaron a brotar geranios y amapolas, incluso su mazo era ahora un alhelí. Tras la deliberación el Juez dictaminó en su escrito que aquel virus fuera inoculado a todo el ejército. Desde entonces el país vive una continua primavera.

MIGUEL

* Este micro lo mandé al concurso de Relatos de Abogados de Junio-2010

9 comentarios:

  1. Me recuerda un poco a la película "La princesa Mononoke" y a la revolución de los claveles... ojalá el virus de la primavera fuera inoculado a los ejércitos del mundo, y en vez de petróleo brotaran flores del mundo (que ya brotan, ya)
    Una preciosidad ¿y qué pasó con el concurso?

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  2. No hubo suerte en el concurso ¿no? está complicadillo. Al menos nos hace ejercitarnos, y por lo que veo, como en este caso, el ejercicio sienta muy bien :-D

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  3. Pues no, la verdad es que eso de la suerte es algo que por mi casa no pasa, así que habrá que seguir intentándolo por si acaso algún día suena la flauta.

    En cuanto a lo de la historia si os digo la verdad sí que algo me inspiró lo de la Revolución de los claveles aunque al final quedara así.

    Saludos y gracias por vuestros comentarios.

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  4. Ese concurso es muy exigente y estoy deacuerdo con que es un ejercicio estupendo sólo participar!; me gustó el intento. Felicidades!!

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  5. Lástima que esa epidemia no se convierta en pandemia y asole el mundo.
    Saludos.

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  6. Qué pena que la eterna primavera llegue por la imposición de un miembro del poder como es un juez.
    Bonito relato. Yo también he participado algún mes en ese concurso.
    Un abrazo Miguel.

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  7. Buen retrato fantástico de la paz mundial.

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  8. Pue sí es una pena que epidemias como éstas no se propaguen por todo el mundo, y sin embargo sí lo hagan todas aquellas que se ceban siempre con los más débiles.

    Saludos, y gracias por vuestros comentarios.

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