Había creado un libro perfecto que a todos agradaría. Las hojas eran comestibles y venían en 23 sabores.
Bastaba agregar agua caliente o fría al gusto.
Maite,muy probable que el libro fuése producto americano, con ésto de la vida de prisa,y de querer hacer todo instantáneo, aunque yo en lo personal soy feroz gourmet y degustador de la comida lenta,fresca y deliciosa.
Dhyego, también tiene hojas de gomitas, entre la variedad.
Anita que alegría compartir ésta comida virtual,aunque me hubiése encantado compartir la mesa para el teriyaki de pollo al vino y verduras del cual me zampé tres platos.
Es posible que este libro estuviera escrito en inglés y se tuviera que leer a las 5 de la tarde? :-)
ResponderEliminarSerían libros de gominolas.
ResponderEliminarBuenísimo, mmm, me comí tu micro, lo siento tendrás que poner otro
ResponderEliminarMaite,muy probable que el libro fuése producto americano, con ésto de la vida de prisa,y de querer hacer todo instantáneo, aunque yo en lo personal soy feroz gourmet y degustador de la comida lenta,fresca y deliciosa.
ResponderEliminarDhyego, también tiene hojas de gomitas, entre la variedad.
Anita que alegría compartir ésta comida virtual,aunque me hubiése encantado compartir la mesa para el teriyaki de pollo al vino y verduras del cual me zampé tres platos.
Qué apetitoso! dan ganas de leerlo
ResponderEliminarSiempre habrá un humano que adore el sabor 24 y se sienta descontento. Perdona mi pesimismo.
ResponderEliminarAh me acordé del olor de los libros de la biblioteca de mi papá, olerlos da hambre. felicidades carlos!
ResponderEliminarEste libro hay que leerlo después de las comidas.
ResponderEliminarUn abrazo Carlos.