domingo, 12 de septiembre de 2010

BUEN APETITO


En la cárcel se quejó de hambre. Para su asombro, atendieron su queja y le sirvieron la tan deseada comida. Todo resultó bien, excepto que lo obligaron a comerse la rata viva.

Héctor Luis Rivero

4 comentarios:

  1. Escalofriante.
    Por éso el presidio es peor que la muerte, pues te coloca en tan mala compañía.

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  2. Una tortura más entre "hombres".
    Un abrazo.

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  3. Durísimo Héctor, no puedo decir más. Un abrazo.

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  4. ¡No cabe duda de que en la cárcel sólo ratas! (dentro y fuera de las rejas)...
    ¡mUCHos salUCHos! :]

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