lunes, 5 de julio de 2010

Leo, luego existo

Victoria adora ir a la escuela, es el único lugar donde se siente humana. Cuando consigue leer una frase su rostro se ilumina, es como descubrir un tesoro, como subir al cielo, como caminar hacia alguna parte.
De vuelta a casa, dos horas de camino, es capaz de mantener su débil cuerpo más erguido e incluso de aligerar un poco el paso.
Por la noche, en el campamento, Victoria ahuyenta a las ratas que le disputan la poca comida que les queda, vosotras no sabéis leer, se dice sonriente y orgullosa.


3 comentarios:

  1. Agarra el corazón éste relato.
    ¿Porqué no globalizan a la buena?
    Que abran en éstas zonas de miseria una especie de centro de ayuda multinacional,que por lo menos rescate a los niños.

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  2. Buen micro Isabel.

    En realidad, Carlos, lo que había que hacer es dejar de ser cínicos y no potenciar con nuestro consumo a todas las multinacionales HIJASDELAGRANPERRA que, no sólo crean estas desigualdades, sino que se lavan la cara con supuestas asociaciones, fundaciones y demás historias para una supuesta ayuda a la pobre gente. Desigualdades que las mismas multinacionales han creado. La mejor arma para luchar contra esto es el Boicot.

    En cuanto a tu micro, Isabel, es muy bueno literariamente hablando, pero no has pensado que estas escuelas, muchas veces, lo que hacen es adoctrinar a una población, alejándola de su cultura y valores ancestrales para meter a la población, desde niños, en el tipo de sistema que los ha enfermado.

    Un abrazo

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  3. Sí lo he pensado Torcuato, por éso me he centrado en ese momento maravilloso que yo he vivido en primera persona del momento en el que un niño lee por primera vez una palabra y se da cuenta que hace referencia a un bojeto que conoce, y otra y otra y una frase, y un párrafo... Pienso que la capacidad de leer, cuanto menos ddeja una puerta abierta a la esperanza, algunos de estos chicos han podido desligarse de la alineacion de sus enseñanzas aunque sólo sea uno, merece la pena.

    En tu anterior reflexión me uno a ese calificativo, me encanta, HIJOSDELAGRANPERRA, demasiado respetuoso diría yo, HIJOSDEPUTACABRONESASQUEROSAMENTEEGOISTASHUMANOSAVARICIOSOSYCRUELESQUECOMPRANSUCONCIENCIAYLADEMUCHOS.

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