Cambiar el mundo
Cambiar el mundo.
Un joven idealista llamado Aiñil se
sentó en un peñón que hay en la playa de Los Enamorados y estuvo allí
tres días enteros, sin comer y sin beber, hasta que comprendió o inventó
o recordó que era impotente para cambiar todo el mundo pero
perfectamente capaz de cambiar parte de él. «Según la filosofía –se
dijo– al cambiar una parte, el todo cambia; y, según la práctica, las
cosas se hacen poco a poco». Y saltó del peñón. Y el mundo cambió al
recibir su hermosa huella.
Autor: Pablo Gonz (Pablo González Cuesta)
si uno desaparce el mundo no se cambiara positivamente.
ResponderEliminarMenudo trompazo.
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