Con su egolatría de costumbre cuando entrevistaron al genial Egoberto,él comentó.
---Me dijeron que para ver más lejos debía subirme en los hombros de gigantes, en lo personal me bastó con subirme a los hombros de enanos.---
Gracias Joaquin. Hubo un tiempo en que escribí comedia y me resultó crear a éste personaje Egoberto quien era un argentino simpático y dotado de exceso de autoestima pero tenía frases que divertían. Recuerdo una escena en que una chica ,desbordada de admiración le decía: ---Egoberto, es que eres tan genial,tan atractivo,tan carismático tan...--- y él le cortaba la frase respondiendo: ---Ya,ya,querida,te entendí a la primera...---
Si no puedes ser cola de león al menos intenta ser cabeza de ratón. Bien cierto, Carlos El General Egoberto me ha recordado a los egonios a los que dediqué una entrada: http://suicidasperezosos.blogspot.com.es/2008/11/el-vuelo-de-los-egonios.html
El ego,como cualquier atributo humano puede ser glorioso o desastroso, hay quienes por ego se impulsan a manifestaciones sublimes de arte, otros sencillamente se sienten con un derecho gratuito de arrollar a los demás sin previo merecimiento. Creo que cada quien trae lo suyo. El problema es que tantos opuestos estemos tan revueltos. Cada día alcanzo nuevas alturas en el ermitañato, quizás por éso disfruto lo virtual. Éste mundo acepta más las relaciones superficiales porque contienen más afabilidad y aceptación. He conocido individuos que son magos de lo superficial y todo mundo les quiere y les acepta por no involucrarse en alguna postura firme. Cierto es que el caos es la naturaleza del universo, y es bueno.Porque aprendes y tomas distancia. Visitaré tu recomendación al mencionado.Gracias Doctor.
Gracias Jordi. Pasé a leer tu magistral relato,pero las exigencias de firma y registro no me permitieron publicar comentario. Es mejor deshabilitar tanto requisito. Te lanzaste a la yugular de la vida. Si logras sostener el ritmo tienes una gran novela.
Muy apropiado el nombre para este Egoberto que posiblemente no tenga abuela porque no la necesita, ya se basta él para adularse.
ResponderEliminarSaludos Carlos
Gracias Joaquin.
ResponderEliminarHubo un tiempo en que escribí comedia y me resultó crear a éste personaje Egoberto quien era un argentino simpático y dotado de exceso de autoestima pero tenía frases que divertían.
Recuerdo una escena en que una chica ,desbordada de admiración le decía:
---Egoberto, es que eres tan genial,tan atractivo,tan carismático tan...---
y él le cortaba la frase respondiendo:
---Ya,ya,querida,te entendí a la primera...---
Si no puedes ser cola de león al menos intenta ser cabeza de ratón.
ResponderEliminarBien cierto, Carlos
El General Egoberto me ha recordado a los egonios a los que dediqué una entrada:
http://suicidasperezosos.blogspot.com.es/2008/11/el-vuelo-de-los-egonios.html
El ego,como cualquier atributo humano puede ser glorioso o desastroso, hay quienes por ego se impulsan a manifestaciones sublimes de arte, otros sencillamente se sienten con un derecho gratuito de arrollar a los demás sin previo merecimiento.
ResponderEliminarCreo que cada quien trae lo suyo.
El problema es que tantos opuestos estemos tan revueltos.
Cada día alcanzo nuevas alturas en el ermitañato, quizás por éso disfruto lo virtual.
Éste mundo acepta más las relaciones superficiales porque contienen más afabilidad y aceptación. He conocido individuos que son magos de lo superficial y todo mundo les quiere y les acepta por no involucrarse en alguna postura firme.
Cierto es que el caos es la naturaleza del universo, y es bueno.Porque aprendes y tomas distancia.
Visitaré tu recomendación al mencionado.Gracias Doctor.
El ego puede hacer que triunfes o llevarte al fracaso total.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aciertas Josefa.
ResponderEliminarEl ego camina por la vida mostrando sus virtudes y defectos.
Abrazísimo.
Me encanta el título.
ResponderEliminarGracias Jordi.
ResponderEliminarPasé a leer tu magistral relato,pero las exigencias de firma y registro no me permitieron publicar comentario.
Es mejor deshabilitar tanto requisito.
Te lanzaste a la yugular de la vida. Si logras sostener el ritmo tienes una gran novela.
Jordim,perdón.
ResponderEliminarSeguiré leyendo.
Ojalá y facilites futuros comentarios.