Murbilgesto enamoraba a Melibea, pero ella lo rechazaba, no era el mismo caso con su gemela.Por tanto al saltar Murbilgesto del piso sexto, aparece un tal Pepe quien lo suplanta al recibir la llamada de una Melibea culpable por lo ocurrido, y le pide a ella una cita enmascarados pues no quiere mostrar los destrozos en su cara. La dama accede de inmediato ocultando ser en realidad la gemela. Esa noche se disfrutaron dos enmascarados ambos creyendo estar con diferentes personas.
El juego de los equívocos tiene mucha miga.
ResponderEliminarSalu2, Carlos.
Ingenioso Carlos. La imaginación, tratándose de lances de amor, no tiene límites.
ResponderEliminar¿De un sexto piso...? Pobre hombre.
Un abrazo.
Carlos:
ResponderEliminarMuy buen texto. Está bien pensado y mejor resuelto.
Te mando un gran abrazo.
Algunas de las mejores historias de la humanidad han nacido al calor de los problemas de identidad y la exagerada importancia que le damos.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias amigos por comentar.
ResponderEliminarAl paso del tiempo se da un proceso que nos hace ver que se puede decir mucho pintando en lugar de escribir.
Siento como que todo se ha dicho por alguien en otro momento.
Les he pasado a comentar en sus blogs y espero alguna vez llegar a comprender de que se trata escribir.
Si es que lo notan ando sin comas y tengo que escribir con dicho handicap.
Pudriente.
Quise decir sin acentos.
ResponderEliminarEstá genial Carlos, como son desconocidos reales y se aman suponiendo ser otros. Tiene que tomar otro rol para estar juntos.
ResponderEliminarSaludos.
Lo que resulta genial es tu comentario.
ResponderEliminarSi las personas del mundo fueran como quieren parecer, imagina.
Y es que casi toda persona se presenta mejorada.
Fantástico, ja.
ResponderEliminarLas comas son acentos decaídos. :]
ResponderEliminarEl relato mUCHo muy bueno. :]
PD: Espero que los acentos ya hayan subido el ánimo. :]