ACUSE DE RECIBO
En el correo, una carta. La abre y queda atrapada por la sensualidad de las palabras. Son como un abrazo que llega hasta su garganta haciendo que se le escape un ronroneo felino. Después de releerla varias veces, la guarda entre sus cosas más preciadas. Se siente confundida y halagada, deseada y asustada. No piensa más en ella. Esa noche mientras toma un yogur de la nevera, echa la cabeza hacia atrás, como si la apoyara en un hombro imaginario, se estremece. Las palabras de la carta envuelven su cuerpo y el yogur se calienta en su mano.
Rosa M.
Me parece una prosa deliciosa, de una sutilidad y fuerza que me encantó.
ResponderEliminarGracias por este post!!
La frase "no piensa más en ella" actúa de vértice entre el antes y el después. Parece ser el final del rechazo y el principio de la claudicación. Ese lapso de tiempo necesario para asumir el gozo de lo inesperado revela una gran sensibilidad. Es un texto intimista, delicado y de gran belleza.
ResponderEliminarNo piensa más en ella, porque se ha convertido en parte de si, de sus adentros y sabe que puede repetir ese inesperado placer, a su antojo.
ResponderEliminarSensual y hermoso relato, Rosa.
Buen texto, amiga.
ResponderEliminarEso de que el abrazo le llega hasta la garganta, es magnifico.
Besicos, escritora.
Muy buen texto, felicitaciones. Un acierto la foto.
ResponderEliminarDe alta temperatura erótica; al grado de calentar un yogur con la mano. Dos frases más y lo hace hervir.Bravo.
ResponderEliminarCuantas emociones encierra una carta de esas que ya nunca llegan, con su escritura a bolígrafo, su sello difuso por la tinta del matasellos, el papel que se intuye palpando desde el exterior...
ResponderEliminarBuen micro.
Un abrazo.
Gracias por vuestros comentarios y lecturas.
ResponderEliminarBesos desde el aire