Nuestro héroe vivió su vida de cuento de hadas completamente al revés.
Comenzó viviendo feliz para siempre.
Luego se casó con la princesa.
Se vio obligado a pelear con el villano, vencerlo y matarlo sin saber qué de malo había hecho aquel pobre hombre para merecer tal castigo.
Entonces, para justificar la maldad del difunto tuvo que inventar historias de sus fechorías, las cuales hizo circular por todo el reino.
Para finalmente regresar a su pueblo natal (en el que nunca había estado anteriormente), volverse un completo desconocido y dedicarse a labrar el campo pensando en que sus líos habían comenzado al casarse con aquella princesa.
Lo bueno es que solamente Había una vez.
Grande.
ResponderEliminarEs como una deconstrucción de los sistemas políticos. Como cuando los vemos premiarse y condecorarse entre ellos.
Muy original. Me encantó. Te dejo un gran abrazo Héctor.
ResponderEliminarMuy bueno el final
ResponderEliminarOlá
ResponderEliminarBuenos dias.
Acá, para desearte un fin del semaña muy bueno.
Abrazos.
Precioso, Hector.
ResponderEliminarbesos.
A mi me suena más real esta historia.
ResponderEliminarMuy bueno. Gran idea. Y es que las princesas siempre traen problemas.
ResponderEliminarUn saludo.
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¡Desde luego que es mejor evitar a las princesas!
ResponderEliminarUn saludo!
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