No pudo trabajar ni la mitad de horas que la noche anterior, pero decidió llegar a casa a la misma hora. Sin hacer ruido, como siempre, se desvistió y se acostó junto a su mujer. La abrazó. Besó la piel perfumada de sus hombros; acarició su nuca, su pelo, escaso todavía, y no le dijo nada de lo que estaba sucediendo en la fábrica. Ella se despertó al sentir el contacto de su cuerpo frío; disfrutó de las porciones de amor de cada beso, cada caricia y abrazándole, optó no ponerle al corriente de los resultados de la última analítica.
Mentiras piadosas que no arreglarán el problema.
ResponderEliminarMorir se puede convertir en un acto de privacidad, o de simple morbo. Dicen que eliminar el concepto muerte otorga mejoría en la salud.
ResponderEliminarEs mejor no mandar a hacer la caja ni elegir las flores; que ya habrá una eternidad para estar muerto.