miércoles, 12 de diciembre de 2012

La carta

Fotografía de Diego Morales

Se había comprometido ante su psicólogo a detallar por escrito sus pensamientos más inconfesables, sus recuerdos vergonzantes, sus mentiras y sus miserias. No debía ocultar ningún detalle por molesto que le resultase. También debería, para finalizar la tarea, dedicarse unas palabras elogiosas y cariñosas, aunque fuesen mentira.
Escribió varios folios con letra menuda y artificiosa, salpicó el papel con unas gotas diminutas de perfume, lo plegó mimosamente y escribió la dirección en un sobre azul con letra clara para que el cartero no lo  extraviara.
Varios días después, el repartidor llamó a la puerta y le entregó profesionalmente la carta que tan impacientemente esperaba. Le temblaban las manos de nerviosismo, se sentó junto al balcón para aprovechar mejor la luz y leyó atentamente varias veces la misiva para no perderse ninguna observación.
(Diego Morales)

2 comentarios:

  1. Éste de seguro blogueaba. Para sobrevivir se bastaba él mismo como lector.

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  2. Carlos:
    Como Juan Palomo: yo me lo quiso, yo me lo como.
    Salu2.

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