Todos tenemos un lado oscuro en el alma, un animal dormido que cuando menos
lo esperamos reaparece. Por eso hay que estar atentos a las pequeñas
incoherencias que nos permiten vislumbrar fugazmente ese abismo. Puede que
aquel día bebiéramos de más, seguro, todos... pero de pronto, por una mínima discrepancia,
montaste en una cólera ciega. Luego todo se apaciguó y volvieron las risas a la
mesa. Aquel episodio se me quedó bailando en al alma, casi olvidado, hasta el
día en que tu puño impactó en mi cara.
Autora: Marga González
Buenísimo.
ResponderEliminarSentí un puño en mi pecho al final del microrelato.
Saludos.
Ay que aprender a despertar al animal dormido que por instinto, se defiende.
ResponderEliminarHay que promover el cese de las relaciones adversariales en la pareja.
ResponderEliminarLa primera regla es que jamás se puede incurrir en una agresión física.
Ciertamente que caer en hechos así animaliza.
Excelente micro en el que nos demuestra que hay que estar atentos a la mínima expresión de violencia, aunque sea enmascarada detrás de algunas copas.¡El animal duerme dentro de esos ejemplares!
ResponderEliminarClaro que todos tenemos un animal dormido dentro, supongo que son los insteintos, se supervivencia, y de un montón de cosas más, de autodefensa, enfin te doy la Razón.
ResponderEliminarSupongo que te refieres a esos actos que se hacen sin pensar , de forma automática.
Besos.
¡Qué buen final! Corolario ideal para lo leído previamente.
ResponderEliminar¡Saludos!
Ese baile en el alma y el final, de impacto, lo mejor de un relato coherente, duro y bien escrito.
ResponderEliminarSaludos
Se me hace muy parecido a Jekyll y Mr. Hyde... casi todos tenemos un animal oscuro dentro de nosotros.
ResponderEliminarHabrá sido error haber olvidado aquel eísodio?