jueves, 4 de octubre de 2012

MANO DE SANTO

MANO DE SANTO Corrían todas las mañanas en la pista de atletismo; lo hacían de dos en dos, con el pie atado a otro compañero. Yo era su instructor y confieso que pasé muy buenos ratos con aquellas carreras al contemplar sus esfuerzos en pos de la meta. Siendo sincero diré que fueron mejores los disfruté en la enfermería. Primero, ayudándoles a quitarse la sotana, después curándoles las rodillas desolladas Y sin embargo, ninguno comparable al placer de restregarles aquel ungüento calmante sobre moretones que la gravilla -que yo mismo extendía cada noche en la pista - sembraba sobre sus ya musculados torsos.

2 comentarios:

  1. jajaja, mira qué combinación, sádico, gay, y feligrés.

    ResponderEliminar
  2. No le falto ni un detalle, ni el chico, ni al micro que me parece sencillamente genial. Y elegante, se desliza con suavidad de una cosa a otra, como sin querer, mientras va dando vueltas de tuerca sin cesar.

    ResponderEliminar

Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.