Desde niña sabía que cuando el líquido extraño salía de sus ojos debía correr a esconderse. Fue hasta los 20 años que se atrevió a probarlo. Veinte años llorando té verde y ella sin saberlo. Fue a la cocina por una taza y azúcar.
Autora:Zura Guerra
Blog:Mi blog en 3P
Beberse las propias lágrimas puede significar dos cosas: claudicar y resignarse o lo contrario,dejar de avergonzarse de ellas y mostrarlas al mundo.Esta segunda opción es mi favorita.
ResponderEliminarSaludos.
Me atrapó el titulo lo reconozco, pero el relato no tiene nada que envidiarle. Es puro realismo mágico y me encanta.
ResponderEliminarEnhorabuena.
que bueno seria poder llorar distintas bebidas y aprovechar las lagrimas que de otra manera se pierden.
ResponderEliminarPorque la verdad es que llorar,además de descargar angustias o emociones,no sirve de mucho.
Yo por ejemplo,lloraria Daikiry de frutilla!
Un abrazo!
Todo un caso el de la traumática de quien careció de curiosidad durante 20 años; y que duro tener que llorar a cambio de un tesito.
ResponderEliminarSigues tu buen camino creativo.
Excelente.
ResponderEliminarSaludos
David
Pd: Gracias por las felicitaciones en el Blog "Cine para usar el Cerebro".
Interesante idea para un micro, muy bien desarrollada.
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