Hay restos de pasión en sus ojos, se vislumbra en sus
pupilas encendidas. Sin embargo apaga ese fuego con un soplo de vida
evaporada, desvanecida, enferma por no vivir intensamente. Algo se mueve aún en
su interior, zigzaguea intentando ascender, pero al final se bloquea. Inmóvil
temblequea su miedo, esperando otra oportunidad que no llega, soñando otro
mundo sin tedio donde la felicidad no dependa de él. Se sienta a la mesa y su
madre, como cada noche durante cuarenta años, le sirve la cena.
La fotografía es obra de Luis Cabrera Aizpuru: ALMA DE CORMORÁN: FOTO-RELATOS
No sé qué ha sido primero si la foto o el texto, supongo que la foto; sea como fuera, casan a la perfección la una con el otro.
ResponderEliminarSi la foto ha sido lo primero, el mérito es tuyo, Sara.
Un beso
Tengo que decirte, Luisa, que lo primero ha sido el texto. Y que aquí el gran mérito lo tiene Luis, el fotógrafo, que ha sabido recrear a la perfección la historia que cuento en el micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Transmites esa sensación de tedio a la perfección. Muy bien escrito, un saludo.
ResponderEliminarJoder que triste, alguna noche vomitará sobre el pato que su madre le sirve. Dejando encima de la cena todos sus sentimientos apagados y el deseo de un cambio.
ResponderEliminarAsí, empezará a ser feliz.
1 beso.
Sara:
ResponderEliminarHas escrito un relato maravilloso, donde plasmas la realidad de demasiados solterones.
Son los pichones que no alzaron vuelo en su momento y que ahora les costará hacerlo con naturalidad.
Sin dudas que algo les falta a su personalidad, para que obren de ese modo.
Saludos muy cordiales.
No sé dónde comentar... ya sé, aquí te saludo y en tu blog comento.
ResponderEliminarBesos.
Un texto sutil y delicado. Entre líneas se siente ese reproche hacia ese machismo falto de compromiso.
ResponderEliminarSaludos!
Me gustó mucho, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Quizá cambie el día que se convenza de que su felicidad depende de él.
ResponderEliminarPerfecto retrato de un caso de debilitación de personalidad por medio del sometimiento de una mater terribilis.
ResponderEliminarLa interpretación de tu cuento en la foto es adecuada, pero el contenido de tu texto es poseedor de profundas facetas que asoman en un fondo sofocante al mostrar ésta media vida.
Me quedo escalofriado y conmovido.
Bravo.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarAbrazos.
Tanto la foto como el texto te hacen pensar y mucho, creo que todos conocemos casos de este tipo, personas que han postergado su vida para no sé cuando, y al querer alzar el vuelo, se encuentran sin fuerzas, sin ganas. Media vida transcurrió en un suspiro y no la vivieron.
ResponderEliminarFelicitaciones tanto a Sara como a Luís, muy lograda la compenetración.
La vida está empapada de tedio. La cuestión es salir de ese círculo vicioso... ¡No es fácil!
ResponderEliminarMuchos dictadores han canalizado esa falta de futuro con utopías ausentes de libertad.
Interesante y para reflexionar tu cuentito.
Sara, si primero fue el texto, y luego la foto ¡óle! y ¡óle!. Fantástica la combinación y perfecta la elección de tus palabras para una vida que se evapora con el tedio de una felicidad de la que el protagonista se siente responsable.
ResponderEliminarUn abrazo reflexivo.
Buena combinación de texto e imagen. Transmiten con fuerza esa vida evaporada.
ResponderEliminarBesitos
Hasta que un día estalla!!! ... el personaje me dibujo el recuerdo del libro "Satanas" de Mario Mendoza con el profesor de Ingles... esas aguas mansas son...
ResponderEliminarrecomendado si no lo has leído... te llenara de matices la imaginación.
saludos :)