Al irse ocultando el sol Milena tenía el rostro bañado en lágrimas. Ahí tendida en su cama,desnuda revelando su total belleza, los recuerdos acompañaban el llanto y los sucesos de ésa mañana se proyectaban en su mente como escenas de cine. La carretera, la tormenta, el auto cayendo al barranco,los paramédicos subiéndola a la ambulancia, los cuerpos de su perra y su bebé molidos y ensangrentados y lo peor lo sintió al saberlos muertos. Y ella seguía sumergida en ésta memoria de horror amamantando a los perritos.
¡Wow! sólo diré eso.
ResponderEliminarUy Carlos, qué imágenes has proyectado... Duras, muy duras, impactantes. Qué bueno tu micro.
ResponderEliminarSaludos.
Brutal
ResponderEliminarGracias por sus comentarios.
ResponderEliminarÉsta pieza me apareció en la mente como una pintura. Plena de belleza y generosidad al ver a la hermosa madre cumpliendo con la otra ausente que partió con su bebé hacia la inesperada muerte.
Qué daría yo por poderla pintar como la veo.
Tremendo, Carlos! Me he quedado muda. Muy bien narrado. Ay!
ResponderEliminarSaludos van
Pues sí que es triste esta historia.
ResponderEliminarbesos.
Qué paradójico, Carlos!!!
ResponderEliminarImagen bella y realidad cruda y brutal. Te has lucido, mi amigo!
Saludos desde Buenos Aires!
Impactante, la verdad es que te deja sin palabras. Muy bueno.
ResponderEliminarDuro, pero muy bueno.
ResponderEliminar¡Felicitaciones!
Un micro muy líquido: lágrimas, sangre y leche, nadie querría ahogarse en esa mezcla.
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