Una historia de trescientas páginas salió volando de
manos de su autor...Llego a la tribu de los Jíbaros que lo atraparon, lo ataron
y lo hirvieron en la olla. Lo aderezaron con especies, sal y pimienta. Cuándo
terminó la cocción del tenedor del chef de la tribu colgaba un microrrelato.
Rosa M.
¡Qué bueno!
ResponderEliminarCon tantas especias seguro que salió el mejor micro de la tribu, menudo chef jibariano, seguro que era el mejor de su especie...
Besicos.
Qué jodíos los jíbaros. Con toda lógica, potenciando eso de que el tamaño no importa.
ResponderEliminarBesos de gigante
Qué bueno Rosa, cada página reducida probablemente a una palabra, imaginaba eso, 300 páginas por 300 palabras. Una buena forma de cocinar un micro.
ResponderEliminarBesitos hasta tu aire,
Desconozco la capacidad literaria de los jíbaros, sólo sabía de ellos que hacían reducción de cabezas humanas muy apreciadas para colgarlas en espejos retrovisores del auto en Nueva York.
ResponderEliminarHabría que leer el original y comparar.
¡Ah, vale! Mira por donde me acabo de enterar como la nació el microrrelato. Muy listos los jíbaros.
ResponderEliminarMe encanta, Rosa.
Besitos
¿Cómo se llama el plato? ¿literatura de Calidad en reducción de Celsius?
ResponderEliminarSi, literatura de calidad en reducción de Celsius. Voto por eso
ResponderEliminarCabopá, Manuel, Yashira, Carlos, Elysa, Cybrg, Luisa gracias por vuestra lectura y comentarios.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Microrrelato al plato, al gusto y petición del cliente...
ResponderEliminarseguro que estaría riquísimo.
Besos.
Seguro que sí. Gracias Laira
ResponderEliminarBesos desde el aire
Y ha de ser el micro más "rico" de la historia, esos indios no se equivocan!!!!
ResponderEliminarUn placer leerte, Rosa
Gracias Patricia :)
ResponderEliminarBesos desde el aire
jajaja, ok. Está divertido, y eso que me dije que ya no me dejaría enganchar por escritos sobre escritores eh!
ResponderEliminarOye la palabra jibarización es sabrosa, como que se antoja repetirla varias veces.
Me alegra que te divierta Yunuén, ese era el propósito.
ResponderEliminarBesos desde el aire