Una tos convulsa me hizo pensar que iba a regurgitar las vísceras. Después el aire me quemaba. Ardía tanto al entrar en mis fosas nasales que reaccionaron derritiéndose en un fluido viscoso. Después todo pasó.
Autor: Cybrghost
Blog: La Guarida del Coyote
Se me pasó la fecha. Al tocarme tan pronto al cambiar la lista no me dio tiempo a verlo. Y me he permitido publicar hoy esta entrada que ya apareció en mi blog. Prometo inédito la próxima vez.
ResponderEliminarYo no lo había leído, y me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.d. Voy a ver si consigo demostrar que soy humana y que respiro, aunque tal y como van las cosas ¿quién puede asegurar que no soy un robot? ¿unas letras que supongo se pueden escanear y oir?
Como yo tampoco la había leído me parece genial que la hayas publicado porque me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos desde mi mar,
Todo por no vacunarse contra el coqueluche.
ResponderEliminarMenos mal que no repite...
Un cordial saludo.
No me extraña que llegases tarde, esa tos fue muy mala.
ResponderEliminarMe alegro de que se te pasase.
Cybrghost, me gustó eso de "enfermedad mortal benigna". Como médico, te puedo decir que, sobre todo en las enfermedades crónicas, la muerte termina por ser una bendición.
ResponderEliminarSaludos.
ISIS: Gracias. No te preocupes demasiado si al final eres un robot. Yo soy producto de tu imaginación y ya vez.
ResponderEliminarYASHIRA: Gracias.
ARTURO: Nunca se sabe.
LUISA: Vino bien, como inspiración y para recordarme la mortalidad.
JOSÉ MANUEL: Como enfermero especializado en geriatría comparto plenamente tu opinión.
ResponderEliminarUna puerta abierta para imaginarnos lo que pasó...
ResponderEliminarFantásticas descripciones.
Saludos.
¿y no volvió a sentir dolor ya más?
ResponderEliminarJUANITO: suena fatal, pero si lees despacio verás que no es para tanto.
ResponderEliminarYUNUEN: Seguramente se repita el próximo invierno