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Ilustración de Aurora Ruá |
—La casa se desplomará sobre ella, la tierra se hundirá bajo sus pies, las estrellas del cielo caerán sobre su cabeza. Todas estas catástrofes y muchas más en la próxima función "La Mujer más desgraciada del mundo". Pasen y vean. No saldrán defraudados—. Los hombres y algunos jóvenes se acercan, curiosos, atraídos por la morbosidad del espectáculo del sufrimiento ajeno. Rodean al propietario del circo que acaba de llegar al pueblo y aceptan entradas con descuento. Las mujeres comienzan a alejarse arrastrando los pies mientras se limpian el rostro con el delantal y se llevan a rastras a sus hijos pequeños. Tienen que volver a su propia función. En otros circos.
Esos otros circos, Mar, ¡cuántos de ellos podríamos encontrar rebuscando un poco!. Excelente interpretación del circo de la vida y preciosa la imágen de Aurora que acompaña tu texto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mar, un relato sensible que esconde mucho más. Quizá por eso me ha gustado tanto.
ResponderEliminarUn beso
Me gusta mucho la imagen de las mujeres arrastrando los pies y limpiándose el rostro con un delantal, me parece muy, muy propio de ese otro circo del que hablas. Muy bueno, Mar. Como siempre.
ResponderEliminarAbrazos.
Poco escrito, mucho dicho. Me ha gustado, Mar H. Mis saludos cordiales
ResponderEliminar¿Qué tendrán los circos que tanto nos fascinan? ¿La mugre, los remiendos, la amargura, la miseria? Me encantan, vaya que sí.
ResponderEliminarCoincido con Miguelángel en resaltar esa imagen tan real y cotidiana en el ámbito rural de las mujeres arrastrando los pies y limpiándose la cara con el delantal.
ResponderEliminar¡Bravo, Mar!
Abrazos.
Mar, excelente crítica a una sociedad, quizás más antigua aquí donde vivimos, donde la mujer aún sufre las calamidades que los hombres no.
ResponderEliminarMe ha parecido muy original que hayas presentado el relato como un espectáculo circense.
En tu línea, magistral. A seguir así.
Abrazos.
¡Brillante, Mar!
ResponderEliminarUna crítica hecha desde la ironía más dura, que lleva a pensar y replantearse el modelo de sociedad que entre todos mantenemos.
Un abrazo admirado.
Esos otros circos, aysss, aún quedan y tantos que lo permiten.
ResponderEliminarMe sorprendió y me gustó.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Mar, un micro genial, contado con la dureza justa, pero que esconde mucho más detrás. La ilustración de Aurora, como siempre, excelente.
ResponderEliminarBesos a ambas.
Mar, yo lo había votado! Y no es la primera vez que me pasa con un cuento tuyo. Esa manera impresionante que tenés para cortar... chapeau!!
ResponderEliminarMar, no hay duda que el mayor de los circos, el mas fantástico y algunas veces el mas terrible, es el de la vida. En ese los sueños tiemblan en el alambre, las ilusiones se caen del trapecio, no hay magia en la chistera. Otras, la vida aplaude gustosa, llueven palomitas, la magia nos llena de mariposas y la felicidad corretea por la pista. Así es el circo balnco, negro, todo, nada.
ResponderEliminarMe ha gustado esa imagen que nos transmites, esa carpa de luces grises, esa sintonía que destila fatalidad, "el sufrimiento ajeno" convertido en espectáculo.
Un abrazo mar, me voy a "mis circos".
Pobres de nosotros, y acá la sonrisa es de tristeza, de un circo donde el rostro ya es el nuestro siempre. Muy bueno.
ResponderEliminarMuchas gracias Laura, Paloma, Miguelángel, Zuni, David, MJ, Nicolás, Pedro, David, Sandra, Sara, Xavier, El Eskimal, por vuestros comentarios. NO puedo contestar como quisiera pero agradezco cada una de vuestras palabras. Es un micro muy especial, de los que no has previsto, de los que nos has pensado sino que te sale del alma solo, te lo dicta la dolorosa realidad. Un abrazo para todos. Siempre es un placer publicar en El Microrrelatista.
ResponderEliminar¿En otros?. El el mismo aunque sea distinta función. Afortunadamente creo que va cambiando, aunque debiera hacerlo más deprisa.
ResponderEliminarSchadenfreude! Complicados somos los humanos...
ResponderEliminarEl relato maravilloso, una verdad encarada de manera profunda y que invita a la reflexion,
saludos,
La vida, Mar, que no deja de ser un espectáculo circense. Y esas mujeres que son como los payasos que se maquillan el rostro y se pintan la sonrisa, y en los adentros tienen el corazón anegado de lluvia...
ResponderEliminarEnhorabuena, porque creo que has sabido plasmar con acierto tu intención
Un beso.
Maravilloso, Mar, aunque lo que evoca tu circo es toda una tragedia diaria.
ResponderEliminarMi admiración por la manera en la que has plasmado esa lacra que nos atenaza.
Besitos
Maravilloso, Mar, aunque lo que evoca tu circo es toda una tragedia diaria.
ResponderEliminarMi admiración por la manera en la que has plasmado esa lacra que nos atenaza.
Besitos
Plas, plas, plas...GENIAL MAR!!!
ResponderEliminarUn circo tristemente real.
Besos desde el aire
Cybrghost, Patricia, MªAntonia, Elysa,Rosa, os agradezco vuestros comentarios y me alegra mucho que os haya gustado. Es un micro muy, muy especial. Un abrazo para todos.
ResponderEliminarEl público siempre disfruta con las tortas de los payasos, los enanos, los deformes, en definitiva, la desgracia de otros, en este caso de mujeres desgraciadas. Muy bueno, Mar. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Manu, la verdad es que la desgracia, da mucho morbo pero cada vez conmueve menos. Un abrazo.
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