viernes, 16 de marzo de 2012

La última fecha

Mi fascinación por las fechas me acompaña desde niño. Llevo días obsesionado por saber la de mi muerte, y la hora, la hora exacta, todos sabemos la de nuestro nacimiento, ¿y la de nuestra muerte?, pienso en ello mientras espero el tren de mediodía; hoy se retrasa, aunque… ya viene, ¡ya viene! Noto las vibraciones de los raíles de las vías en mi espalda: es 11 de diciembre de 2011 y son las 16 horas 3 minutos y diecinue….


Autora: Yolanda Nava Miguélez

Blog: Mis historias

7 comentarios:

  1. Madre mía, es una auténtica obsesión conocer la hora de su muerte, y ante su imposibilidad, la provoca.

    Tremendo relato Yolanda, felicitaciones,

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  2. Es interesante saber que uno puede ser el propio oráculo, su propia anticipación y destino.

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  3. Menuda obsesión, mortal de necesidad...
    Buen final.

    Saludos

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  4. Gracias por vuestros comentarios. Abrazos.

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  5. Un espejo de la fragilidad que tenemos al ser víctima de nuestros errores.
    La muerte debe tener su propio tiempo, es un territorio que sólo nos pertenece en lo especulativo.
    El último gran misterio que a cada quien finalmente se le revelará, o no.

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  6. Una obsesión te lleva hasta los límites más insospechados. Un micro excelente Yolanda. Por lo menos se ha salido con la suya, ya conoce la fecha. Un beso.

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