Porque amo a la flaquita.
Me cae en gracia.
Hago chistes acerca de ella.
Le provoco la risa.
Le pellizco una nalga.
Me curruco con ella al dormir.
Y la acaricio.
Me quiere así como soy, VIVO.
Aunque yo me la pase diciendo que me quedan quince minutos,
ella no me quiere llevar.
La relación perfecta con la muerte.
ResponderEliminar¡Muy bueno, Don Carlos!
Un abrazo.
Es mejor amar a la muerte que temerla.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Carlos.
¡Muy bueno! no hay que tener miedo, a algo que es inevitable para tod@s algún día (pero que tarde en llegar)
ResponderEliminarUn saludo
Carlos, muy original esta relación entre el vivo y la parca. Normal que no quiera llevárselo, si se lo pasa bien con él.
ResponderEliminarMe gusto.
Un saludo.
Con el terror que le tienen todos, que apenas la ven se espantan, que los perros le aullan y los gatos le escapan...
ResponderEliminarEncontrar a uno que le pellizque la nalga, yo tampoco te llevaría Hombre!!!!
Besos, me encantó
La verdad no había caído en que se refería a la muerte,supongo que son estas horas...
ResponderEliminarP.D: Cómo te atreves a pellizcarle una nalga a la muerte!
Vaya, tienes que ser encantador para que la muerte se haya enamorado así de tí.
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