viernes, 20 de enero de 2012

Pecados de la carne

Francisco de Zurbarán, Santa Águeda
Oculta su piel joven a los ojos de los hombres. Suprime los espejos para evitar contemplarse. Aún así, sabe de su hermosura; y cuando piensa en el Amado, omnipotente, ubicuo, capaz de contemplarla desnuda en alma y cuerpo, se entrega fervorosa a las fantasías de la seducción.

8 comentarios:

  1. ¿Y seduce o se dejará seducir?¿ o tal vez sólo fantasea con ello?

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  2. Supongo que no puede evitar preguntarse hasta dónde su amor es correspondido.

    Es un micro exquisito, Elisa, con una buena carga de ironía.

    Mis parabienes.

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  3. Una delicia de micro, Elisa.

    Un abrazo.

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  4. Otra que se cree que por linda Dios le va a dar bola...Además entre nos, le falta busto y es medio chueca. Me quedo con Araceli, aún en versión rubia.

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  5. Me temo que la pobre nunca llegará a ver correspondidos sus anhelos. El Amado sólo ama a una, y esa no es ella.
    Es un micro delicado y potente, una mezcla explosiva que controlas con esmero, felicidades.

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  6. ¡Qué desperdicio! Dirán algunos hombres...
    Muy buen micro.

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  7. Ya había oído de ese éxtasis religioso, nunca tan bien narrado como aquí. Saludos.

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  8. Es un relato con embrujo, inteligente, fino y educado que no te evitará ir al infierno, si para entonces existe

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