lunes, 19 de diciembre de 2011

NAHUALA

Quiébrense todos mis huesos cada noche y vuélvanse a formar, que mi gran dolor se esparza por los puntos cardinales, el centro y el arriba como una ofrenda. Sea yo su intrumento de caos, destrucción y cambio. Sea yo la mítica bestia que ningún hombre hiere. Que no se libre mi raza de estas garras y estos dientes si no ha sentido fluir de uno al otro la vida, la salud, la memoria de los ancestros y hasta el alma de las rocas...

6 comentarios:

  1. El cuerpo con su cabeza y sus pies, y sin eludir las fuerzas cósmicas que se unen al centro de ambos extremos alineando sus chakras que contienen la noche de los tiempos.

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  2. ¡La noche de los tiempos! Eso me gustó, muy épico. Saludos Carlos, un abrazo.

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  3. No conocía la palabra del título. Ahora que lo he averiguado (gracias por ponerme a buscar, este tipo de conocimiento me encanta)creo que tu texto es una bellísima prosa poética.
    Felicitaciones.

    Abrazos!

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  4. Hermoso juego de palabras
    Buen inicio de semana

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