
Era excelente en su trabajo, pero le gustaba hacer algunas gansadas, pequeñas bromas para su diversión personal: Un tiempo verbal mal conjugado, un adjetivo de sentido opuesto, una coma mal ubicada, esas cosas. Como era tan buen profesional y gozaba de una inmejorable reputación, hasta ahora nadie le había dicho nada, en realidad jamás lo habían descubierto…
La familia estaba atravesando uno de esos pintorescos momentos de felicidad hogareña, sin mayores pretensiones. Se habían reunido todos en la cocina para disfrutar de la nueva adquisición. Cuando la señora pulsó el botón de inicio del microondas, el plato interno salió volando como un frisbee, mientras que las luces del trasto se encendían y apagaban descontroladas. Una explosión acompañada de humo fue el apoteótico final del acto… y del microondas. Ninguno podía explicarse qué había sucedido, pues habían seguido -a rajatabla- las instrucciones en español del manual.
Una parábola que demuestra la destructividad de bromear con el trabajo, el tipo causó un sabotaje con su mal chiste.
ResponderEliminarAntes no mató a alguien.
Los chistes deben ser sólo para causar risa, éste traductor pudo haber degollado a la señora e incrementado el elemento trágico de tu cuento, con sólo un par de palabras más.
Me parece muy divertido, se lo enseñaré a los que me preguntan por qué me dedico a traducir si total ya existen traductores automáticos.
ResponderEliminarSi sólo fueron bromas... Lo cierto es, que algunos manuales de instrucciones son un desastre.
ResponderEliminarMuy divertido el micro.
Saludos
Debe existir un sindicato de bromistas de ese estilo, seguro que lo hay, son demasiados casos para otorgarle la autoría a uno sólo. Muy ingenioso tu micro. Me gustó.
ResponderEliminarSal, U-2.
muy bueno Humberto,
ResponderEliminarsaludos para vos
Por eso yo nunca me leo los manuales de instrucciones.
ResponderEliminarHumberto:
ResponderEliminarTe sigo donde estés, este relato me pareció muy divertido y genera conciencia de la dificil tarea de los traductores. A mi me pasó de estropear un electrodoméstico por culta de la mala traducción.
Besos.
Sabri!!
A buen entendedor...Cambiar de traductor ;-)
ResponderEliminarMe ha causado risa tu relato, pero si existen errores tragicos sobre lo mismo.
Besitos de Arte.
Nunca más voy a fiarme de ningún libro de instrucciones, utilizaré la lógica.
ResponderEliminarHe leído el texto y enseguida he sido capaz de desvelar el autor...como siempre maravilloso, como una microondas explotando en un restaurante repleto.
Besos enormes!
With you’re permission me going to translate to english, yes?
ResponderEliminarHe was excelent in his work, but liked to make some goosing, little jokes for his personnel diversion. A wrong verbal time conjugated, and adjective in the opposite sense, a bad ubicated coma, those things.
Do I continue? And the next time you came into the blog and right bad things about the translators we will send you a manual for centrifugal bomb installation. Capisce?
Hola,
ResponderEliminarUn gusto pasar a ponerme al día.
En el caso del relato, la broma salió cara, pues si hay algo metódico debe ser un traductor.
Saludos.
Muy divertido y lo cierto es que ese traductor debe estar clonado en cientos porque hay demasíados manuales mal traducidos o con esas pequeñas bromas.
ResponderEliminarBesitos
Una broma que casi le cuesta la cabeza a la señora, jeje.
ResponderEliminarEsa ironía es tan tuya querido Humberto, única.
Besos.
Stefi.
Humberto, dos historias en una. No sé si valdría separarlas por caìtulo I y II. En la primera lectura debí volver atrás para entender por qué el cambio en la narración.
ResponderEliminarSaludos.
Jaja, esta vez se excedió el tipo. Tal vez fue su chiquillo interior en busca de atención.
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