Ya no soy nadie y no habla el pesimista, no. Sino el que se ha dado cuenta que todos aquellos que no devolvían mi saludo, invadían mi espacio vital o no contestaban a mis preguntas, en realidad no lo hacían porque no me veían, era invisible. Y ahora me pregunto: ¿Cómo he llegado hasta aquí?
¡Muy bueno, Nicolás!
ResponderEliminarSupongo que habrá transitado el camino, hmmm (tiremos de adverbio), imperceptiblemente.
Un saludo.
Nicolás, es estupendo, me encanta.
ResponderEliminarA tu pregunta responderé que quizás tras ser ninguneado tantas veces que hasta él ha terminado creyéndoselo.
Un beso
Me he sentido así tantas veces...Odio saludar y que no respondan, mi madre me dijo que el saludo no se le negaba ni a Dios...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Fácil, simplemente pasando desapercibido.
ResponderEliminarte has preguntado...sin articular palabra
ResponderEliminarsaludos
Yo te veo... mmmm... seré también invisible? :-). Muy bueno, me ha gustado mucho
ResponderEliminarsaludillos
Tantas veces lo negaron que hasta él se lo ha creído ¿no? Pasa demasíado a menudo.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besitos
De vez en cuando no está mal ser invisible. Un beso.
ResponderEliminarQuizá otra pregunta: Cómo salir de ahí? Me gusta tu soliloquio
ResponderEliminarUn saludo
Lo importante es que yo me vea.
ResponderEliminary yo misma me responda esa pregunta.
Buena reflexion!
Besitos de Arte.
Lo importante de este relato, para mi, es la reflexión que se hace el protagonista. Precisamente tiene algo en el pasado que le ya llevado a esa situación, quizás antes era él quien ninguneaba, maltrataba, etc.
ResponderEliminar