jueves, 24 de noviembre de 2011

Descubrimiento

Ya no soy nadie y no habla el pesimista, no. Sino el que se ha dado cuenta que todos aquellos que no devolvían mi saludo, invadían mi espacio vital o no contestaban a mis preguntas, en realidad no lo hacían porque no me veían, era invisible. Y ahora me pregunto: ¿Cómo he llegado hasta aquí?

11 comentarios:

  1. ¡Muy bueno, Nicolás!

    Supongo que habrá transitado el camino, hmmm (tiremos de adverbio), imperceptiblemente.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Nicolás, es estupendo, me encanta.
    A tu pregunta responderé que quizás tras ser ninguneado tantas veces que hasta él ha terminado creyéndoselo.

    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Me he sentido así tantas veces...Odio saludar y que no respondan, mi madre me dijo que el saludo no se le negaba ni a Dios...

    Besos desde el aire

    ResponderEliminar
  4. te has preguntado...sin articular palabra
    saludos

    ResponderEliminar
  5. Yo te veo... mmmm... seré también invisible? :-). Muy bueno, me ha gustado mucho
    saludillos

    ResponderEliminar
  6. Tantas veces lo negaron que hasta él se lo ha creído ¿no? Pasa demasíado a menudo.

    Muy bueno.

    Besitos

    ResponderEliminar
  7. De vez en cuando no está mal ser invisible. Un beso.

    ResponderEliminar
  8. Quizá otra pregunta: Cómo salir de ahí? Me gusta tu soliloquio
    Un saludo

    ResponderEliminar
  9. Lo importante es que yo me vea.
    y yo misma me responda esa pregunta.
    Buena reflexion!
    Besitos de Arte.

    ResponderEliminar
  10. Lo importante de este relato, para mi, es la reflexión que se hace el protagonista. Precisamente tiene algo en el pasado que le ya llevado a esa situación, quizás antes era él quien ninguneaba, maltrataba, etc.

    ResponderEliminar

Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.