martes, 25 de octubre de 2011

Unidos

¡Pensar que él la miraba desde adentro, sin que ella lo advirtiera! Estaban unidos por los avatares de la vida y apenas sabían de la existencia uno del otro. Juana, trabajaba de doméstica y no podía perder tiempo en sentimentalismos. Así, la habían criado. Todo el día con la carga a cuestas enfrentando los designios de quién sabe qué destino. Él, pegado a ella, sin entender nada, no la perdía de vista ni a sol ni a sombra. Pero, esa noche de verano, todo cambió, después de un tumultuoso encuentro y ya decidido a mirarla en el afuera, dispuesto a acompañarla para siempre, se sintió libre cuando el médico cortó su cordón umbilical.

9 comentarios:

  1. Me has sorprendido!! Ha sido estupendo sustituir al "señorito" que mi mente iba dibujando por su hijo. Muy buen giro.

    Abrazos

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  2. Un absoluto alivio, a partir de ahora se conocerán de verdad.

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  3. Muy bien. Consigues llevar al lector por un camino equivocado. Me ha gustado.

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  4. Muy bien, si que consigues despistar, sí.

    Besitos

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  5. No me esperaba para nada ese final.
    ¡Genial!.
    1 abrazo.

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  6. Como en los partos mismos diste a luz al final.
    Bravo.
    ( lo del cordón siempre me ha parecido algo tan gore.)

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  7. Gracias a todos por vuestros comentarios que me enorgullecen. Un afectuoso saludo.

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