Cuando no pudo más cerró los ojos un segundo. Sólo un segundo. Sin darse cuenta las olas la devolvieron a la playa depositándolo sobre la arena como si nada hubiera pasado.
Era el fin de su segundo intento de abandonar la isla. Esta vez realmente llegó a creer que lo conseguiría. Y otra vez estaba allí. Las mismas palmeras, la misma playa.
Lo había organizado todo para irse sin hacer ruido, sin dejar huella, pero todo había salido mal. Una brazada... tormenta...otra brazada... calambres... otra brazada...
Sentado en la arena, mirando al horizonte azul, se sintió triste, derrotado y solo.
Quizás debió saltar desde el acantilado sin posibilidad de retorno. Quizás la próxima vez. Quizás lo rescate algún barco. Quizás alguien lea el mensaje lanzado al mar en una botella.
“Cuando no pude más, cerré los ojos un segundo...”
la frustración sin llegar a la desesperación... aún. Me gusta mucho como lo has escrito.
ResponderEliminarLa esperanza mantiene su presencia, a pesar de ignorar para que seguimos, hacemos tanto por instinto.
ResponderEliminarCybr, la esperanza es lo penúltimo que se pierde jaja
ResponderEliminarCarlos, instinto de supervivencia supongo
Saludillos
Me ha encantado, Puck!
ResponderEliminarUn cierre genial.
Enhorabuena por este micro
Abrazos
A veces por más que luchemos con todas nuestras fuerzas, no lograremos el objetivo y hay que saber aceptarlo. Saludos.
ResponderEliminardetrás de la frustración siempre hay una botellita al mar de esperanza, no? Me encantó el micro, Puck!
ResponderEliminarEstá claro que el personaje se aleja del autor, derrotando su mente.
ResponderEliminarBlogsaludos
Patricia, gracias, siempre me han gustado los micros circulares
ResponderEliminarxixe, lo difícil es saber cuándo desistir
Sandra, la esperanza es lo último que se pierde
Adivín, me gusta esa interpretación
Saludillos isleños
Seguro que si es lo que quiere al final lo consigue...
ResponderEliminarGenial Puck.
Besos desde el aire