Que la forma arcaica fuera secreta lo ensombrecía en espíritu. La tradición demandaba el resguardo de la serie, pero Xiaowang rozaría el deshonor con tal de revelarla.
Agotó tiempo y paciencia con su cámara. Chen, cultor y albacea de los ciento ocho movimientos fue incauto modelo.
— ¡Honor, gran Maestro! —musitó al observar las imágenes y comprender lo inútil de las mismas.
A excepción del primer y último fotograma, donde Chen ofrecía los saludos de rigor, los demás mostraban en sucesión, monos, grullas, tigres, gallos y serpientes en sus instancias de pelea.
Me han gustado tus grullas, tigres. monos...
ResponderEliminarUn saludo desde el aire.
Los actores sómos sólo un espejo de la naturaleza.
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