Cuando recobré el conocimiento escuché el sonido de una respiración agitada, estaba a oscuras, mojada... completamente mojada de una sustancia pegajosa. Palpé para saber qué había alrededor y aparte de aquél líquido pegajoso que desprendía un olor desagradable, me encontré con trozos de algo con pequeños agujeros a veces, otros con surcos... por más que intentaba acercarlo a mis ojos no podía ver qué era aquello. Empecé a sentir angustia, frío... mucho frío, de nada me servía mi preciosa capa roja, ahora mojada hasta me molestaba, pesaba demasiado. De repente luz y con aquella luz... el aullido.
Cuidado con los lobos!...
ResponderEliminarQue angustia.Me gusta tu micro
Saludos
Me he sentido angustiado yo también!
ResponderEliminarUn saludillo,
Buen post.Felictaciones. Bastaron solo unas pocas frases, para lograr traspasar la angustia al lector.
ResponderEliminarBuena y angustiosa revisión de un clásico
ResponderEliminarsaludillos
Son largos los segundos mientras decides si ya es oportuno comenzar con el ataque de terror. ¡Excelente! Nada tan horrible como ser devorada viva, pensé.
ResponderEliminarQué bonito relato tienes...
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