Hipnotizado por la profundidad de sus ojos, se entregó a ella en mitad de la noche hasta que la niebla se la llevó. Se quedó con la húmeda calidez de su último beso deslizándose cuello abajo frente a un escaparate que ya no le devolvía reflejo alguno.
Pedro Alonso
Tremendamente sugerente, Sr. Alonso. Muy bien escrito.
ResponderEliminarUn abrazo
Octavius Bot
Si es que se veía venir.
ResponderEliminarEso sí que ahora no diga: que él no quería, que él no sabía nada, que él es una víctima,....que no disimule, lo sabía.
Precioso, muy poético.
ResponderEliminarEse beso....
Saludos
Todo tiene sus ventajas y sus inmortalidades.
ResponderEliminarUn saludo, Pedro.
Besos vampiros.
Muy sugerente y con gran erotismo, me encantó, besos
ResponderEliminarCasi que me quedo con las joticas mejor, parecen menos peligrosas...
ResponderEliminarA parte de la chorrada, me parece muy sujerente toda la escena que has creado.
Un abrazo
¿Quién podría resistirse? Yo, no.
ResponderEliminar¡Ah! No tuvo alternativa, son seres poderosamente seductores.
ResponderEliminar¡Jo, qúe mágico!
ResponderEliminarMuy, muy bueno, Pedro.
ResponderEliminarMaravillosa combinación de una idea sumamente poética con una prosa justa para la ocasión.
Me encantó leerte!
Precioso, bien narrado y lleno de poesía.
ResponderEliminarFelicitaciones.