lunes, 11 de abril de 2011

Romper el hielo

De mi madre heredé el hábito de la lectura; de mi padre, el de contar cuentos. Todos lo relatado es real, o al menos eso me hizo creer papá.


Después de trabajar durante algún tiempo en aquella estancia, los patrones lo invitaron a la casa grande. Se presentó temprano y con la ropa de domingo, pero no pudo evitar sentirse sapo de otro pozo. Contestó las preguntas amables de la señora con monosílabos tímidos.

Entonces vio la cuna, llena de moños y muñecos rosados, y se acercó. Dormía en ella una criaturita realmente fea. Don Pozatti sonrió, le hizo un par de morisquetas para agraciarse con la patrona y quiso decir algo agradable, adecuado, que cortara ese silencio incómodo que reinaba en el comedor. Entonces preguntó:

- ¿Es varoncito la nena?

6 comentarios:

  1. Perdón por llegar tarde y salirme del cronograma. Estaba viajando.

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  2. Esto tiene que haber ocurrido en verdad. Antes no le dijo : Que bonito está el changuito.

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  3. Por eso mismo yo hablo del bebe, así sin mencionar el sexo, para no meter la pata cuando estoy en una situación como la descrita.

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  4. Jajajajaja... qué lindos estamos a veces calladitos.

    Y... sí era?

    Una delicia de relato, Malena.

    Besos con moños.

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  5. jajaja muy bueno,
    me imagino la cara de los demás :O

    un beso

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