De mi madre heredé el hábito de la lectura; de mi padre, el de contar cuentos. Todos lo relatado es real, o al menos eso me hizo creer papá.
Entonces vio la cuna, llena de moños y muñecos rosados, y se acercó. Dormía en ella una criaturita realmente fea. Don Pozatti sonrió, le hizo un par de morisquetas para agraciarse con la patrona y quiso decir algo agradable, adecuado, que cortara ese silencio incómodo que reinaba en el comedor. Entonces preguntó:
- ¿Es varoncito la nena?
Perdón por llegar tarde y salirme del cronograma. Estaba viajando.
ResponderEliminarEsto tiene que haber ocurrido en verdad. Antes no le dijo : Que bonito está el changuito.
ResponderEliminarPor eso mismo yo hablo del bebe, así sin mencionar el sexo, para no meter la pata cuando estoy en una situación como la descrita.
ResponderEliminarJajajajaja... qué lindos estamos a veces calladitos.
ResponderEliminarY... sí era?
Una delicia de relato, Malena.
Besos con moños.
jajaja muy bueno,
ResponderEliminarme imagino la cara de los demás :O
un beso
Gracioso, ingenioso...una delicia :)
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