“Una semilla en esta tierra desolada nunca florecerá. Márchate, aquí no hay futuro”.
Tras escuchar a su padre Nwankwo decidió comenzar una nueva vida. España fue el destino elegido, y un montón de sueños su único equipaje. Tras meses de dura travesía Nwankwo llegó a Madrid. Aunque buscó trabajo sin descanso pronto comprendió que aquí nadie regala nada. Sólo hace medio año que llegó y su equipaje ya es historia.
Hoy sigue plantando en el suelo pero sigue sin obtener los frutos anhelados: una manta y productos falsificados no son las semillas que conseguirán que aquí logre echar raíces.
Tras escuchar a su padre Nwankwo decidió comenzar una nueva vida. España fue el destino elegido, y un montón de sueños su único equipaje. Tras meses de dura travesía Nwankwo llegó a Madrid. Aunque buscó trabajo sin descanso pronto comprendió que aquí nadie regala nada. Sólo hace medio año que llegó y su equipaje ya es historia.
Hoy sigue plantando en el suelo pero sigue sin obtener los frutos anhelados: una manta y productos falsificados no son las semillas que conseguirán que aquí logre echar raíces.
En 99 palabras
Miguel... bonito texto, es duro emigrar, y duro llegar a un país con sueños y ver como se derraman, pero hay que entender también que los problemas no son sólo para los forasteros, los de la tierra también los tienen, igual de duros y encima sin ayudas de ningún tipo en esta sociedad manipulada...
ResponderEliminarToca un tema que hay que tratar con cuidado, y no quiero meter la política en medio de la literatura.
Un abrazo!!
Sí que es un tema delicado. Hasta un país pobre como el mío, tiene estas dramáticas semillas.
ResponderEliminarOjalá el padre de Nwankwo no refiera, sin saberlo, a la tierra que todos pisamos, a la Tierra.
Un micro-social muy bien construído, la frase de ReC te dio un buen comienzo. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarAins Miguel, que duro es y real.
ResponderEliminarBicos tristes.