El payaso empezó a llorar. No conseguía arrancarle una sonrisa a aquella niña. Él era especialista en hacer reir a los niños. Ni sus globos con forma de animales, ni la flor que lanzaba agua, ni sus imposibles muecas con la cara pintada. Nada. Sólo, cuando la pequeña vio correr las lágrimas por las mejillas del payaso, esbozó una sonrisa. Ella era especialista en hacer llorar a los payasos.
Dulce e inquietante a la vez. Esa niña, de alguna manera... da miedo.
ResponderEliminarMe encantó.
Besos payasos.
tenía que ser al revés María Luisa. Me encantó!!
ResponderEliminarY es que hay niños terribles, crueles y sin la más mínima conciencia.
ResponderEliminarSaludos.
¡Coño con la niña! (¿se pueden decir palabrotas?)
ResponderEliminar¡Qué buen giro final! y que siniestra esa niña. Saludos.
ResponderEliminarAgradable topar con una niña inteligente que sale del patrón predecible de quienes ríen de cualquier simpleza.
ResponderEliminarPues estoy más con los anteriores comentaristas que con Carlos. Me resulta siniestra, ser simple siempre puede ser horrible, pero no ser simple nunca es todavía peor.
ResponderEliminarMuy bueno, María Luisa.
Me encanta el título.
ResponderEliminara mi gusto y parecer , simplemente genial ...
ResponderEliminarno sé cómo contactar a la autora pero lo comparto en mi facebook , debidamente citado :)
saludos !
Muy bueno el micro, queda sencillo
ResponderEliminarpero eficaz. Saludos
Muy bueno Maria Luisa, la pequeña brujilla se salió con la suya... Tremenda, la niña.
ResponderEliminarQué genial, felicidades!
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