- "Y la última...a vuestra salud"- dijo ella.
Al acabar la copa de vino empezó a ver las cosas de distinta manera, la lengua se le enredaba al hablar y le sobraba hasta el abrigo .
- "Parece que no sabes comportarte en ningún sitio... no me hagas esto... Carla, Carla... ¿no me oyes?".
Claro que lo oía, estaba cansada de oírle pero qué mejor que una celebración para emborracharse, dejarse llevar por los efluvios del alcohol y olvidarse de un perfectísimo marido que ya en la comida le había llamado la atención por beber demasiado.
Cuando la mujer del hijo del difunto, bebió el vino y devolvió el cáliz al atónito cura, no se le ocurrió otra cosa más que cogerle el micrófono y...
- "Laureano, suegro... esta va por ti"- y ponerse a cantar "Adiós con el corazón".
Al acabar la copa de vino empezó a ver las cosas de distinta manera, la lengua se le enredaba al hablar y le sobraba hasta el abrigo .
- "Parece que no sabes comportarte en ningún sitio... no me hagas esto... Carla, Carla... ¿no me oyes?".
Claro que lo oía, estaba cansada de oírle pero qué mejor que una celebración para emborracharse, dejarse llevar por los efluvios del alcohol y olvidarse de un perfectísimo marido que ya en la comida le había llamado la atención por beber demasiado.
Cuando la mujer del hijo del difunto, bebió el vino y devolvió el cáliz al atónito cura, no se le ocurrió otra cosa más que cogerle el micrófono y...
- "Laureano, suegro... esta va por ti"- y ponerse a cantar "Adiós con el corazón".
Bien por Carla.
ResponderEliminarHay que actualizar la música fúnebre y meter más alegría a los ritos funerarios.
Que masoquismo ésto de agrandar la tristeza.
Vidas torcidas que nunca se habrían de juntar.
ResponderEliminarBlogsaludos
jajajaajajaja muy bueno, si señor.
ResponderEliminarBicos Su