Cuando desperté supe que algo raro pasaba. Al levantarme apoye con fuerza los pies en el suello y me palpé la cara para comprobar que no me había convertido en un monstruoso insecto kafkiano. Me froté los ojos y busqué mi reflejo en el espejo del armario. Ahí estaba. No era un fantasma. Fue al girarme cuando lo comprendí todo. Tendida desnuda sobre la cama, dormía una preciosa mujer. Por favor, que nadie me despierte.
Puck
Puck
Me encanta. Me he visto durmiendo, tan mona y preciosa como has descrito tú y me ha encantado.
ResponderEliminarNo sé como lo has hecho.
No te vamos a despertar. Es la pura realidad. Está ahí, a tu lado.¡Aprovecha! Me ha gustado esa sensación de extrañeza que se deshace de un modo tan bonito.
ResponderEliminarJa ja, estaría bueno que pudiésemos, aunque sea en sueños, vernos jóvenes y hermosas.
ResponderEliminarO has tomado una voz masculina que se asombra y alegra ante semjante aparición?
De ambos modos, un micro que se lee con una sonrisa
Un abrazo Puck
La verdad es que no deja de sorprenderme la variedad de significados que adquiere un texto cuando lo dejas libre.
ResponderEliminarQuizás no debería explicarlo pero es que me habéis dado un nuevo punto de vista y he vuelto a releer el texto como si no fuera mío sino vuestro. Así que os lo debo. Lo escribí pensando en masculino, pero me encanta esa posibilidad de la mujer mirándose a si misma.
Besos a las tres.
Feliz sueño Puck.
ResponderEliminarBlogsaludos
Gran sueñazo erótico digno de una cena de camarones al ajillo, sueños así mejoran la calidad de vida.
ResponderEliminarYo también pensé que era ella misma soñandose eróticamente hermosa. En cualquier caso, buen relato, Puck.
ResponderEliminarGrande!Sigo soñando. Un abrazo.
ResponderEliminarAdivín, gracias, seguiré soñando mientras me dejen
ResponderEliminarCarlos, sí, creo que rejuvenecen jeje
Sara, quizás sería bueno analizar alguna vez la interpretación que damos a los relatos en función de saber cuál es el género del autor/a.
Hector, lo intentaré
Saludillos soñadores