Con las manos en la cintura, miraba sin poder creer.
¡Tanto tiempo de esfuerzo, de soportar a esa gente vaga, de caminar bajo el sol o la lluvia controlando las cosechas!... para que ahora el granizo y el viento destruyeran el ochenta por ciento de su trabajo.
Todas las plantas y frutas destruidas.
Hizo un cálculo mental de cuanto le costaría este bajón económico a su billetera.
Antes de retirarse ordenó a las mujeres que gimoteaban cerca, que primero recogieran los frutos que se salvaran, y luego enterraran al par de campesinos muertos durante la tormenta.
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ese final es cruelmente espectacular!! clap clap clapppp
ResponderEliminarLa enajenación se patentiza en muchos mediocres cuando hay dinero de por medio. La vida es así, Al tiempo se va conociendo quien es quien, y así le irá a cada cual.
ResponderEliminarQué cruel, Escarcha. Pero lo más escalofriante es pensar que existe gente así y más a menudo de lo que pensamos.
ResponderEliminarLo primero es lo primero sin embargo, qué es lo primero para cada cual?
ResponderEliminarExtraordinario amiga!!!
Me uno a los aplausos de Sandra
¡Muy bueno! Patético pero real. No nos podemos asustar si éste "Patrón de Campo" toma a los peones como cosas, sino, mira lo que pasa en Libia. . .Un gusto Escarcha. Te dejo porque hace mucho frío aquí, brrr
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