Todo el auditorio se llenó de aplausos. Se deleitó con el instante. Lo respiró. La ejecución había sido perfecta. Sus hijas agradecían los reconocimientos y las flores con su aroma. Se vio paseando cada tarde con ellas camino del conservatorio. Ensayando y llorando y riendo y vibrando. Como ahora. Tiró de las esquinas y fue recogiendo la escena, plegándola con cuidado para no perder nada. Las butacas, el publico, sus caras emocionadas. Sus sensaciones. Un doblez y otro. Uno más, hasta que cupo en su mano. Apretó el recuerdo y convertido en una pequeña gota, lo dejó caer al fondo de un minúsculo frasquito. Lo tapó con un corcho y lo colocó en la estantería, con el resto de las esencias de los grandes momentos. Donde guarda su perfume; el de ella.
bicefalepena
Un relato poético y delicado, contado con finas pinceladas que me evocan sensaciones intensas. Muy hermoso. Un abrazo.
ResponderEliminarVuelvo a repetirlo y lo diré tantas veces sea necesario: este micro es UNA DELICIA, UNA DICHA, UN PLACER
ResponderEliminarAlgo maravilloso además de en el mundo de la lectura en el de la visión futurista. Has presentado lo que viste con la nitidez que alguna vez nos mostró Verne el viaje a la luna. Y al tiempo se verá.
ResponderEliminarY está en plenitud integrado por pensamientos positivos.
Demasiado bello una delicia leerlo.
ResponderEliminarMe ha parecido preciosa esa imagen recogiendo la escena y convirtiéndola en una esencia. Me ha encantado
ResponderEliminarSaludillos
También aquí me pareció de sombrero. Aunque se extraña a ya sabes tú quiénes.
ResponderEliminarBesos, maestro.
Lindo relato bicefalepena.
ResponderEliminarBicos grandotes.
Un gran micro Bicefa. Excelente ese plegado de la emoción de un momento para recogerlo en un frasquito. E imagino cómo al destaparlo se expande y se agranda inundando todo su ser, igual que los recuerdos cuando tiramos de ellos.
ResponderEliminary. . . ?
ResponderEliminara qué huele??