miércoles, 9 de febrero de 2011

Amor en metálico

Julia siempre soñó con un amor de los de “para toda la vida”. Pese a lo que fue encontrando siguió buscando con ahínco sabedora de que tarde o temprano aparecería.

A los treinta conoció a David, dependiente en una joyería. Segura de que era el hombre esperado le prometió todo el amor imaginable para conseguir una relación fuerte y duradera. El aceptó encantado y le explicó que gracias a su oficio se había labrado un corazón de oro, sólo para ella, y que forjarían una relación de acero.

Al año de casarse ella se compró un detector de metales.

En 99 palabras

6 comentarios:

  1. ja ja ... encontrará oro o plomo?
    Me gustó tu micro Miguel

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  2. LLeno de gracia encantadora tu relato Miguel :)

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  3. Creo que no le hace falta el detector de metales... si lo tiene tan escondido es que no espera compartirlo...

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  4. Patricia me da que ahí hay pooco que buscar.

    Gracias Artistalight se hace lo que se puede.

    Puri tan escondeico, tan escondico, que yo creo que ni lo tiene.

    Saludos para los tres. Gracias por vuestros comentarios

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  5. jajaja es que al convertirlo en oro dejó de latir y por eso no lo encuentra
    Saludillos

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