Tras toda una vida de entuertos, circunloquios y andar por fuera siempre del camino, fueron tan certeros sus últimos pasos, que no pudo por menos que vanagloriarse de su gran puntería mientras caía hacia la luz imaginando la sonrisa torcida de su recto padre.
El cartógrafo
Ésto no solo endereza y aclara lo ocurrido, sino ilustra como otros quieren extender su versión de la vida al grado de querer clonarse en el hijo.
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