Luego de perder la final de campeonato debido a sus inexplicables fallas frente a la portería rival, el antes rompe redes, Chueco Flores, no soportó más la presión de los hinchas y se disparó un tiro en la cabeza. “¡Fue un accidente; jamás quise matar a nadie!”, declaró el jugador al ser detenido por la policía, acusado de asesinar a su prometida.
Imagen tomada de la red.
¡Ah, caramba!, mala suerte la del hombre...Saludos!
ResponderEliminarUn placer leerte Juan manuel, como siempre
ResponderEliminarUn abrazo
Actos extremos,consecuencias extremas. Hay que dejarlos para nunca.
ResponderEliminarYo no quería, yo no quería... si hubiera sido así se hubiera disparado un tiro a sí mismo otra vez, ¿no? Aunque seguro que peligraba la lámpara del salón.
ResponderEliminarHéctor, dice el dicho que hay quien nace con estrella y quien nace estrellado; pero ahí la mala suerte fue para la novia.
ResponderEliminarUn saludo.
Patricia, el gusto es mío, ya lo sabes. Un abrazo.
carlos, así es: siempre los extremos.
Un abrazo.
Puri, le faltó otro refrán que utilizàbamos en la escuela: "ave maría, dame puntería".
Un abrazo.