-¡Imbéciles! Brotó aquel grito infantil a través de la ventana. Algún niño cabreado, increpaba a sus compañeros de juego. Soy miedoso, lo reconozco, me asusto hasta de oír maullar a un gato, y debido al sobresalto, di un brinco merecedor de un record mundial. Literalmente, volé hacia la carretera por la que no dejaban de pasar coches. Conseguí no estrellarme contra uno de ellos agarrándome con ambas manos a los voluminosos y turgentes pechos de una bella mujer que pasaba cerca. Recuperándome en el hospital la duda me asalta: ¿Me golpeó aquella bonita chica o fue mi esposa?
Torcuato González Toval
¡Puf, menuda duda!
ResponderEliminarPor cierto, tengo una: ¿Y tú, puedes o vas a participar en el concurso?
Un abrazo llenito de preguntas.
Jeje yo creo que las dos.
ResponderEliminarAbrazos.
Que buen instinto.
ResponderEliminarMagistral.
Sí, yo opino como Su... las dos sin duda... ;-)
ResponderEliminarSin duda, las dos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por supuesto que voy a participar, Luisa.
ResponderEliminarGracias,Su, Carlos, Rocío y Towanda por vuestros comentarios.
Un abrazo.
De acuerdo que fueron las dos;) Un abrazo, Torcuato.
ResponderEliminarjaja buena imagen
ResponderEliminarSaludillos
Luego el Señor se queja de que Anita le diga que está como una "chota"!!!
ResponderEliminar...me encanta cuando te pones surealista. Como aquella vez en el contenedor.
Un abrazo, maestro...
Surrealista, si señor!
ResponderEliminarJa, ja, Kum, me has hecho reír.
ResponderEliminarAbrazos a todos, Héctor,Puck, Marisa.