Aún hoy siento (sentimos) cierto rencor hacia el ginecólogo por administrar a mi (nuestra) madre un fármaco en vías de experimentación. ¡A causa de unas simples hemorroides! La cuestión es que vine (vinimos) al mundo con este lamentable aspecto, y antes de plazo. Ello me (nos) ha acarreado incontables dificultades de convivencia: reyertas por mamar de la misma teta, discusiones por dormir de uno u otro lado, guantazos para escoger la fulana con la que enredarnos... Resulta incómodo esto de ser bicéfalo. Únicamente llegué (llegamos) a un acuerdo cuando elegí (elegimos) vivir del cuento. Lo malo es que yo trabajo de escritor, y éste, de crítico literario.
Manuel Merenciano
Fabuloso encontrar éste cuento de uno de los grandes de la red, tan único en su sitio de humor inteligente.
ResponderEliminarClaramente demuestra aqui como el hombre desde la más temprana edad tiene disputas a causa de la teta;
ése órgano femenino que contiene tantas funciones, la alimenticia, la erótica, la poética, la proverbial, (Jala más un par de tetas que mil carretas),etcétera infinito.
Bravo,Manuel por éste freudiano.
Me ha gustado mucho, por unos momentos pensé que tenía un hermano imaginario, pero lo de las dos cabezas me parece genial.
ResponderEliminarUn abrazo
jaja divertido. Me gustó mucho la forma de contarlo
ResponderEliminarSaludillos
Inesperado :) Genial...
ResponderEliminarmuy bueno!!!
ResponderEliminaroriginal y divertido.
un saludo
jajaja genial.
ResponderEliminarOriginal a tope.
Biquiños.
jeje, muy bueno!
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